Perdón,
tan necesario,
como el pan para el hambriento,
como arrancarte
una astilla
clavada en el talón del pie.
Indulgencia.
Consuelo,
para quien lo necesita y lo ve difícil,
semejante a avistar
un edelweiss
en una escarpada montaña.
Descanso, paz,
para quien decide entregarlo generosamente.
La piedra en el zapato
del orgullo y el ego,
cuando estos
pierden
la sangrienta partida ante el amor.
Qué mayor acto de amor propio
que soltar el lastre,
que duele en los
huesos?
Tan necesario…
soltar la fría soga
que une las almas para siempre
mediante un contrato de odio y rencor.
Perdón, necesario perdón.