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sábado, 16 de noviembre de 2024


 Ligeros rayos de luz

tras las grises nubes,

alumbran bucólicos paisajes,

que prenden en llamas 

mi pecho ansioso 

por la belleza 

de la decadencia,

y soy capaz

de caer rendida,

como si de la flor más bella 

se tratase.

Lo que algún verano 

fue sinónimo de vida,

se torna 

en un decrépito, 

desgastado y triste otoño

ahora.

Lo que nadie ve,

pero que con su oscuridad,

invoca en mi alma

un fuego tan intenso 

que da vida 

                                     a sus propias sombras.

Veronica G. Novoa

martes, 5 de noviembre de 2024


 




Camino sola 

por la autopista,

puede…

que los demonios 

me arrastren hasta a ti.

Con el ardor en las rodillas

y la sangre cuajada en el corazón,

quiero gritar, 

este infierno se ha vuelto frío 

ya vienen a por mí.

Ya no siento las lágrimas 

caer por las mejillas,

solo el ardor 

que rompió mi alma en pedazos.

Tu dura piel 

calmará mi ansiedad.

Quiero gritar tan fuerte,

que se rompa el cielo,

que haga sangrar mi alma,

y riegue todo mi ser,

de un color rojo intenso

como el azul del mar

No puedo ver la luz,

todo está tan oscuro.

Que Dios me salve,

porque yo,

si no es entre tus brazos,

que me estrujan 

con el odio más puro,

ya no se bailar.

Verónica G. Novoa

sábado, 26 de octubre de 2024

Perdón


Perdón,  
tan necesario, 
como el pan para el hambriento,
como arrancarte una astilla
clavada en el talón del pie.
Indulgencia.
Consuelo,
para quien lo necesita y lo ve difícil,
semejante a avistar
un edelweiss en una escarpada montaña.
Descanso, paz,
para quien decide entregarlo generosamente.
La piedra en el zapato
del orgullo y el ego,
cuando estos pierden
la sangrienta partida ante el amor.
Qué mayor acto de amor propio
que soltar el lastre,
que duele en los huesos?
Tan necesario…
soltar la fría soga
que une las almas para siempre
mediante un contrato de odio y rencor.
Perdón, necesario perdón.

domingo, 17 de marzo de 2024

Reconstrucción




De nuevo,

frente al reflejo 

de mi propia existencia

con ojos opacos

la sonrisa del revés 

y las manos ya encalladas

a golpe de cincel,

una vez más,

una vez más…

intente sacar la luz 

que a duras penas quedaba.

Del arduo invierno

brotaron mil primaveras

y los cerezos en flor 

dieron paso a una luna nueva.