Camino sola
por la autopista,
puede…
que los demonios
me arrastren hasta a ti.
Con el ardor en las rodillas
y la sangre cuajada en el corazón,
quiero gritar,
este infierno se ha vuelto frío
ya vienen a por mí.
Ya no siento las lágrimas
caer por las mejillas,
solo el ardor
que rompió mi alma en pedazos.
Tu dura piel
calmará mi ansiedad.
Quiero gritar tan fuerte,
que se rompa el cielo,
que haga sangrar mi alma,
y riegue todo mi ser,
de un color rojo intenso
como el azul del mar
No puedo ver la luz,
todo está tan oscuro.
Que Dios me salve,
porque yo,
si no es entre tus brazos,
que me estrujan
con el odio más puro,
ya no se bailar.
Verónica G. Novoa