Esperé tantas lunas tu llamada,
que al fin te llamé
para no morir de angustia advirtiendo
que no me echabas de menos.
Amistad a la que me aferro
colgada por los hilos de lo que algún día fue
y que ahora dejas
que se la lleve el viento.
que al fin te llamé
para no morir de angustia advirtiendo
que no me echabas de menos.
Amistad a la que me aferro
colgada por los hilos de lo que algún día fue
y que ahora dejas
que se la lleve el viento.
Fotografía; Vero G. N
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